domingo, 24 de agosto de 2025

Cafe Giang



El Templo de la Literatura se deja atrás con la lluvia aún marcando los charcos de los patios, cuando el grupo se desliza entre los portales húmedos y entra en otra dimensión del día: un refugio aromático, el lugar donde nació la leyenda del Egg Coffee. Se trata del Café Giảng, considerado el original, fundado en 1946 por Nguyen Van Giang, quien lo inventó como respuesta ingeniosa a la escasez de leche durante la guerra, sustituyéndola por yema de huevo batida para crear una espuma cremosa sobre un café robusta intenso.
 
 

Entrar en Giảng fue pasar de la solemnidad ritual del templo a la sencillez viva de una cafetería que parece haber sabido mantener su espíritu original, con receta, quiero pensar, más o menos intacta y atmósfera casera. El interior, modesto y auténtico, en un callejón del Viejo Barrio, cobija unas mesas bajas y una escalera que lleva a una sala algo más amplia donde cada sorbo es ya memoria colectiva.

El café termina sirviendo como punto de encuentro: el grupo, que ya ha compartido historia, piedras y lluvia, afianza vínculos entre cucharas, risas y esa espuma densa que pide a gritos ser degustada con calma. Este café con huevo, este tiramisú en taza al que recuerda, se presenta humeante, dentro de un cuenco con agua caliente para mantenerlo a punto —mecanismo funcional y simbólico que añade liturgia al acto mismo de beber. El brebaje favorece la conversación y los pequeños gestos; nacen así los “compañeros de viaje”, en lugares inesperados y en sorbos compartidos.