lunes, 13 de abril de 2020

Barrio francés de Shanghai



El Barrio Francés de Shanghai pone fin a la noche; y la noche, al viaje.
Dos semanas de periplo demencial que nos han llevado desde Beijing hasta Shanghai, pasando por Nepal - consulta aquí la cronología completa
La antítesis del Wanderlust: la prisa, la precipitación, la superficialidad, ... pero también la oportunidad, al fin y al cabo, de ver lo que hasta ese momento solo podía imaginar; y a partir de este mismo momento, sobre los hombros de esta experiencia, de imaginar aun más allá.

Al final, todo es el desencadenante de algo. En vez del "todo sucede por alguna razón", que mira hacia atrás y sugiere un decepcionante determinismo, prefiero un "todo conduce a algún sitio", que mira hacia delante e invita a dar pasos y crear consecuencias. 

Fin de este viaje ... principio del siguiente. 



Fábrica de seda



Un pedagógico paseo por una fábrica de seda.
Se combina la visión del arte tradicional con la mecanización de un proceso que sigue dependiendo del capullo de un gusano, que hay que deshacer cuidadosamente para trenzar la valiosa seda. 
Cada capullo genera aproximadamente 1500 metros de un filamento bruto. Varios de estos filamentos se reúnen para formar el hilo. Las máquinas de las imágenes conforman y bobinan este hilo, en lo que se conoce como "estirado". 







sábado, 11 de abril de 2020

Templo del Buda de Jade




El templo del Buda de Jade es una pausa estratégica en la guerra contra la incansable Shanghai. Un rincón, en cierto modo, inesperado, acostumbrados como estamos a que los templos de mayor empaque broten en zonas más "tradicionales". Pero ahí, en medio de la modernidad, una isla de budismo resulta una paradoja bien intencionada y llena de significados.

Al parecer, los orígenes del templo se remontan a finales del s.XIX, cuando éste se edifica para dar cobijo a dos estatuas de Buda talladas en jade (de ahí el original nombre del templo), que habían sido traídas desde Myanmar, la antigua Birmania. 

El templo, la parte visitable y accesible, resulta una intrincada secuencia de salones y patios, donde nos vamos encontrando con numerosas figuras de Buda; y en la que predomina una preciosista decoración con maderas obscuras y telas de un característico color rojo.




Estatuas de la Guardia del Templo 







La figura más destacada del centro es la de uno de los Budas de jade, el Buda sentado, de casi dos metros de altura, con ágatas y esmeraldas incrustadas. La figura se ubica en una sala relativamente aislada dentro del complejo. 
La otra figura de jade es la de un Buda recostado, de algo menos de un metro de largo; más pequeña que la del buda sentado. Aunque, para disfrute de los turistas, hay otro Buda recostado, de dimensiones más generosas (unos 4 metros) traído en 1989 desde Singapur.




Buda recostado en el Templo del Buda de Jade en Shanghai


















Uno de los aspectos más espectaculares de este templo budista son sus grandes salones. Una secuencia compleja y profusa de estancias que se abren al entramado de patios y jardines interiores y cuyo descubrimiento y exploración sigue deslumbrando. Si tuviera que destacar algo, me quedaría con el impresionante salón que acoge a los los tres Budas de Oro, que representan a “Gautama”, “Amitabha” y “Bhaisajyaguru”.



Los tres Budas de Oro














Viejo Bund y Jardín Yu




Entramos por la zona más popular del Bund, desde el parque Gucheng, atravesando las callejuelas, hasta Fangbang; y desde ésta, hasta la vieja calle de Shnaghai. Una absoluta mezcla desordenada, atractiva, desconcertante. Una mezcla de todo. Sin más interés que seguir viviendo.
Me hizo pensar en aquella campaña de "Barcelona, ponte guapa" del año 1985 (el título arrastra una indisimulable carga machista). Frente al maquillaje, el carmín, la depilación a la cera que experimentó una ciudad, que intentó la sanación de fuera hacia dentro, estas zonas de Shanghai son la reivindicación del vello axilar: liberador, empoderante, ... del yo me lo guiso y yo me lo como. Del sálvese quien pueda.
No hay ni vocación de orden, ni intento de concierto. Conviven lo nuevo con lo viejo y se superponen sin remedio. Cableado, señalización, normativa municipal, salubridad pública, seguridad, ...

Lo cruel del caso es que cuando interviene la autoridad, la modernidad y el auspicio del turismo el resultado indefectible es una homogeneidad aburrida e insípida: un alienante, pero salubre decorado de cartón-piedra. Y cuando no es el caso, la autenticidad revienta sin orden ni decoro.
Al final, no sabe uno lo que prefiere: si poder llevar a su hija de 5 años, de pié y sin casco, en un scooter eléctrico sin matrícula y esputando a voluntad; o que te multen por mirar mal a alguien.
Son los extremos irreconciliables de un progreso invasivo y necesariamente mal entendido.
         







Y acto seguido, si solución de continuidad, se entra en el centro comercial Yuyuan ... y regresamos al acogedor cartón piedra por la vía directa, ... y si pasar por la casilla de salida, como en el Monopoly comunista, tan eficientemente adaptado.

Un mal necesario y conveniente que nos permite acceder al Jardín Yu (o Yuyuan) ... con sus vericuetos, sus estanques y sus pabellones tradicionales.

Un resumen: Contraste sobre contraste, con acceso al contraste.






Jardín Yuyuan ...





















Shanghai ... otro Skyline: el Bund




Lo de las panorámicas es un problema.
Tomar las imágenes es un problema. Montar las imágenes es un problema. Mostrar las imágenes es un problema ¿Entonces?
Al menos, en Instagram (enlace a la panorámica total), con la posibilidad de pasar de una imagen a otra con el efecto de scroll se consigue recrear el efecto, pero, aun así, resultan difíciles de ver y de explorar. 





... y ahora de compras ...






Nang Jing Dong Lu (Nanjing Road) es una calle de compras, peatonal y extremadamente concurrida; colonizada por marcas occidentales, pero tocada por ese desorden bullicioso y colorista, gritón de día y chillón lumínico de noche.
Y vigilándolo todo, al fondo, en dirección oeste, la omnipresente silueta del edificio "Batman", humildemente rebautizado durante nuestra estancia para referirnos al Shimao International Plaza, con sus 333 metros de altura y sus dos "cuernos" ¿Quien necesita la "bat-señal" teniendo eso ahí?



 

Al llegar a la esquina con Fujian Middle Road, el panorama se abre momentáneamente y entra en escena la peculiar estampa nocturna del Radisson New World Hotel, supongo que el Robin de la película, con sus 208 metros de altura.



La noche iluminada de Shanghai está salpicada de edificios. Una buena iluminación arregla cualquier desaguisado arquitectónico (sigo pensando que la Oriental Pearl Tower es fea ... pero está muy bien iluminada). E iluminación, en Shanghai, no falta - ni en toda China, cuando quieren iluminar. Que callejones obscuros y olvidados los hay en todas las partes. Pero puestos a inyectar neon/led en la ecuación, China trasciende generosamente la barrera del buen gusto.