A diferencia de la impresión que nos quedó en Chengdu, Guilin parece tener muchísimo más que ofrecer. Seguramente tiene que ver con la actitud, implicación y vocación, de los guías locales. Y en Guilin tuvimos mucha suerte. A la espera de los platos fuertes de Guilin (sol y luna; y los mejores paisajes de China), el paseo por Zhengyang nos llevó por algunas zonas de buena comida callejera. Las ostras me resultaron especialmente gratificantes: bien cocinadas y con un aliño muy interesante. Todo lo demás, quizás no resultaba tan apetitoso para un escrupuloso gusto occidental. Aunque me tento, y lo hizo en numerosas ocasiones, no fui capaz de meterme un escorpión en la boca (y eso que esa pequeña bestia era de lo que más apetitoso me parecía).
Guilin - Zhengyang
A diferencia de la impresión que nos quedó en Chengdu, Guilin parece tener muchísimo más que ofrecer. Seguramente tiene que ver con la actitud, implicación y vocación, de los guías locales. Y en Guilin tuvimos mucha suerte. A la espera de los platos fuertes de Guilin (sol y luna; y los mejores paisajes de China), el paseo por Zhengyang nos llevó por algunas zonas de buena comida callejera. Las ostras me resultaron especialmente gratificantes: bien cocinadas y con un aliño muy interesante. Todo lo demás, quizás no resultaba tan apetitoso para un escrupuloso gusto occidental. Aunque me tento, y lo hizo en numerosas ocasiones, no fui capaz de meterme un escorpión en la boca (y eso que esa pequeña bestia era de lo que más apetitoso me parecía).
Publicado por
Rod Newhouse
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