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| Xènia 05 - CBS Barça Senior Femenino A - 2013 |
[viene de Berta 04]
Estoy acostumbrado a fotografiar personas conocidas. Supongo que como muchos no profesionales.
Disfruto fotografiando personas; aunque no suelo publicar muchas de esas imágenes, pues suelen resultar excesivamente íntimas (no, no hace falta quitarle la ropa a una persona para desnudarla): fotografiar a una persona conocida es una agresión que hay que saber medir y gestionar.
Fotografiar desconocidos me parece una disciplina completamente diferente.
En los escasos diez minutos disponibles, de los que tanto me quejaba en la entrada anterior, tengo que ser capaz de conectar con la persona (o decidir que voy a ser incapaz de hacerlo) y ayudarle a componer una expresión significativa, fotogénica y coherente. Esto es: que la defina; que quede bien; y que se alinee razonablemente con el propósito de toda la sesión.
Al final, intento recurrir a las emociones; a las más básicas.
Muy sencillas: alegría y "mosqueo". Provocar una risa - aunque tímida - rompe el hielo y resulta un gesto natural. Una risa, incluso inducida (que no forzada) es bastante auténtica. Aunque también es peligrosa: la risa es mueca y no a todos les sienta igual de bien. Aunque mi experiencia me dice que siempre compensa el beneficio de la autenticidad.
El "mosqueo" (seriedad, incluso enfado) parece más teatral, más susceptible a la impostura. Por desgracia, es una pose muy interiorizada; y muy fácil de extraer, incluso aunque la relajación del momento o el ambiente de la sesión no lo sugiera. Además, la cara de "cabreo" no espontánea tiene una ventaja colateral: la persona suele terminar riéndose. En ese momento, comprendes la importancia del reciclado rápido de los flashes, porque esa risa natural no tiene precio.
Muy sencillas: alegría y "mosqueo". Provocar una risa - aunque tímida - rompe el hielo y resulta un gesto natural. Una risa, incluso inducida (que no forzada) es bastante auténtica. Aunque también es peligrosa: la risa es mueca y no a todos les sienta igual de bien. Aunque mi experiencia me dice que siempre compensa el beneficio de la autenticidad.
El "mosqueo" (seriedad, incluso enfado) parece más teatral, más susceptible a la impostura. Por desgracia, es una pose muy interiorizada; y muy fácil de extraer, incluso aunque la relajación del momento o el ambiente de la sesión no lo sugiera. Además, la cara de "cabreo" no espontánea tiene una ventaja colateral: la persona suele terminar riéndose. En ese momento, comprendes la importancia del reciclado rápido de los flashes, porque esa risa natural no tiene precio.
[continuará ... Raquel 08]
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