Brandenburger Tor |
La Puerta de Brandeburgo me pedía algo más (continúa desde mi entrada anterior: Brandenburger Tor).
Mi primera tentación fueron los turistas y sus imágenes. La pareja, con su visión este-oeste, opuesta y complementaria, me pareció inicialmente lo suficientemente atractiva como para consolidar un relato.
Este - Oeste |
Pero al final volvieron a engancharme las bicicletas y sus "bicicletistas", un reguero interminable de arquetipos que fluían bajo la puerta de Brandeburgo. La puerta viva, la puerta abierta, me parece una imagen mucho más elocuente para aquello que busco sugerir. Manifestantes con pancarta, paraguas y parafernalia; funcionarios de cuello blanco; skaters con la tabla en ristre; y turistas casuales en bermudas rutilantes.
18 de marzo |