Nave principal del templo de Sanjusangen-do. |
Sanjūsangen-dō (三十三間堂) es un templo budista situado en Kioto. El nombre del templo hace referencia a los 33 espacios que se abren entre columnas en su interior, una característica estructural distintiva del gran edificio principal. Se trata, no obstante, de una reconstrucción de 1266, después de que el edificio original de 1164 resultase destruido a resultas de un incendio.
La deidad principal del templo es Sahasrabhuja-arya-avalokitesvara, el Kannon budista, diosa de la misericordia. Su estatua sedente, de más de 3 metros de altura, creada por el escultor Kamakura Tankei, preside la nave principal del templo y es un tesoro nacional de Japón.
La diosa de la misericordia, ubicada en el centro de la nave, está flanqueada por otras 1000 estatuas de Kannon, en pie, doradas, perfectamente alineadas y de tamaño natural; todas ellas diferentes (por la expresión recogida en sus rostros y por la propia disposición de sus múltiples brazos). También acompañan al Kannon principal 28 estatuas más de deidades guardianas (de raíz hinduista); entre ellas: Raijin, dios de los truenos y los rayos; y Fujin, dios del viento.
De todas estas estatuas, solo 124 fueron rescatadas del incendio que destruyó el templo original; el resto fueron construidas a lo largo del siglo XIII en el mismo material de las originales: ciprés japonés.
El templo desde detrás de los sauces. |
Estructura interminable de puertas del templo. |
Vistazo furtivo al interior del templo - fuente: anónimo, internet. |
Temizuya, para la ablución a la entrada del templo. |
礼拝
✣ DIOSA DE LA MISERICODIA. ¡Ten piedad de nosotros! ¡Ten piedad de la humanidad!Las Mil estatuas de Kannon me recordaron a los guerreros de Xian, por su disposición y grandiosidad, cada uno a su modo. Al monje que le asignen la tarea de limpiarlas se puede morir. Y lo hará como si fuera un gran honor.
✣ ¡Qué diferencia a la hora de entender la vida! Llegué a Japón sin una idea previa ni del Budismo ni del Sintoismo. En nuestros viajes anteriores, cuando paseamos por una ciudad, nuestras visitas habituales son catedrales, monasterios e iglesias. En esos monumentos, yo me siento y me muevo como pez en el agua. Conozco cada símbolo religioso: la cruz, la pila bautismal, los reclinatorios, las pequeñas capillas laterales, las tumbas, el claustro…. qué chocante esto de los templos budistas y de los monasterios sintoístas, no entiendo nada y no sé qué hacer. Se intuye que este viaje va a ser una inmersión en un sinfín de rituales budistas.
✣ Nuestra guía, Masako-san, hablaba de los 108 pecados del budismo; y yo pensaba: ¡cuántos pecados! seguro que cada uno de nosotros tenemos más.
✣ Empieza nuestro camino hacia la purificación. El primer ritual que nos explica Masako-san, la guía, es el de la purificación de las manos. Lo hacemos mi hija y yo, con respeto, pero a modo de juego. De pequeña me pasaba las tardes de verano en el pueblo (meseta castellana) pasando agua de una jarra a una pequeña regadera, ambas de metal. Este ritual me ha evocado mi infancia, la casa de mis abuelos y la sencillez de esos momentos.
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Para saber todo lo necesario sobre abluciones en "japonismo.com" (muy interesante).