Ni sombra de lo que debió haber sido |
He regresado hace poco a ver el escenario de Kiss Bill de noche.
Me ha horrorizado.
Salvada la sorpresa del primer día, en el que descubrir ese pedazo cercenado de gótico escondido bastaba para deslumbrar, el regreso ha sido ... innecesario. Iluminación sin sentido; bullicio inapropiado.
Mi mujer me dice: "no es ni sombra de lo que debió haber sido".
Pues eso: prácticamente ni sombra.