8 x Canon EOS50D | ISO1600 | 50mm | f/2.0 | 1/200s |
(viene del post anterior)
El pasado sábado (10 de marzo de 2012) organizamos una sesión fotográfica con ocho jugadoras del primer equipo (Senior Femeni - 1ª Catalana) del CBS-Barça en el pabellón Juan Carlos Navarro de Sant Feliu de Llobregat. La idea de reunir a las féminas en una sesión fotográfica había nacido, medio en serio, medio en broma, durante las pasadas Navidades, pero no se ha materializado hasta ahora, aprovechando la celebración del día de la mujer.
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Además de tomar las imágenes, también era necesario dirigir la sesión; y eso era algo en lo que no nos sobraba la experiencia. No bastaba con intentar explicar lo que esperábamos de ellas ... había que ayudarles a expresarlo, a darle forma con un gesto, con una actitud. Ante cada rostro, en cada momento, tocaba reaccionar, escoger un planteamiento que resultase favorecedor: esconder defectillos y resaltar virtudes.
Más aspectos a tener en cuenta: no estábamos fotografiando en la pista.
En la pista, en un recinto público, ... en una actividad abierta ... yo, personalmente, suelo tener pocos miramientos. No nos engañemos: más bien ninguno (las imágenes con las que acompaño este post son del partido que jugaron después de la sesión fotográfica - mi otro blog):
Canon EOS50D | ISO1600 | 50mm | f/2.0 | 1/200s |
Pero en la sala habilitada a modo de estudio, ninguno sentíamos que estuviéramos captando imágenes estrictamente públicas. Por tanto, llegamos a un claro pacto con nuestras improvisadas modelos: ellas verán las imágenes antes que nadie y, eventualmente, podrán también vetarlas. Esto, por sí solo, ya debería ser un motivo de tranquilidad y confianza.
Pero lo que realmente marcó la diferencia en la sesión fue poder enseñarles las imágenes que íbamos tomando, conforme las íbamos tomando. Es un consejo manido hasta la saciedad, ... no se me ocurre ningún libro de retratos dónde no se sugiera. Pero me sigue sorprendiendo hasta que punto resulta esencial gestionar ese mix de curiosidad y vanidad.
En la sesión, tanto la NikonD700 como la Canon50D estuvieron conectadas en modo tethering con sendos portátiles. Cada par de disparos, o cada vez que obteníamos algo interesante, las improvisadas modelos acudían a la pantalla del LightRoom (ya LR4) a ver qué habíamos logrado captar. Pronto las tuvimos opinando. Y pronto las tuvimos implicadas en el proceso, lo cual hizo la sesión mucho más fácil ... y productiva.
Cuando ya hacia el final la capitana sugirió que les estábamos "subiendo la moral" ... los fotógrafos obtuvimos nuestra primera recompensa: ya no solo confiaban en que trataríamos bien las imágenes, ahora ya sabían que mal tampoco parecía que estuviesen quedando.
Prometedor.