Las estrechas calles del barrio musulmán de Xi´An están ...¡repletas! Repletas de todo. Sobretodo de tiendas de la comida más variopinta. Imposible resistirse. Son calles convertidas en una amalgama confusa y desproporcionada de colores, olores y sabores. Rechazo y atracción, curiosidad y precaución, ... sucede de todo y entre tanta gente que resulta difícil no sentirse del todo confundido. Cuántos planetas hay en este planeta ... y cuán estrechos de miras somos. Nos sobrecoge la diferencia, cuando debería ser la monotonía la que nos espeluznara. Así que en el colmo de la autocomplacencia, cogemos un mapa, tiramos cuatro líneas y ya tenemos fronteras.
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| Pinchos de pulpo y calamar - muy especiados, algo 'duros' (tuve mala suerte o les parecí muy occidental) |
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| No hay rincón sin comida y la amalgama no tiene límites. |
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| Los suministros serpentean entre los viandantes con una fluidez inverosímil. |
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| El lugar está ciertamente concurrido |
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| También hay 'mercado de la seda': de aquí vinieron un ajedrez y un par más de juegos chinos. |
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| Huevos al solete y a la intemperie. |
Y dos alegóricas, con mi modelo favorita, para terminar - ambas se podrían titular: si te quedas quieto, China te arrolla.
- El desfase oriente y occidente - una mismo espacio ocupado por dos planos de realidad.
- La transición entre el día y la noche: sol y neones (ya LEDs - ¡Qué antiguo soy!).
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| Desfase |
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| Día y noche. |
