La visita a Hiroshima resultó especialmente intensa.
Emocionalmente agotador. Físicamente exigente, cuando solo estábamos en el primer tercio del viaje. Todavía quedaba mucho por experimentar. Pero Hiroshima eleva el nivel. Impresiona.
Cuesta digerir todo lo que sucedió aquí. En el mismísimo hipocentro de la explosión de aquella bomba - cuesta tener fe. Y sin embargo, la vida continua.
La vida se recupera.
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Y para recuperar el ánimo ... nuestra recomendación para comer: una barbacoa, yakiniku en el restaurant Jojoen (enlace a google maps).
Barbacoa con marisco o con setas |
... y postres "kawaii"