Evidenciando una censurable falta de criterio no he sabido por cual decantarme ... y al final los he subido todos (o casi todos).
sábado, 3 de diciembre de 2016
domingo, 6 de noviembre de 2016
Claustro del Monasterio de los Jerónimos
Claustro Bajo del Monasterio de los Jerónimos |
Claustro Bajo del Monasterio de los Jerónimos |
Para fotografiar un lugar tan conocido y atrayente como el claustro del Monasterio de los Jerónimos en Belem, Portugal, se necesitaría un "doble-cero" fotográfico: permiso para matar. Literalmente. Obtener una imagen mínimamente expedita, entiéndase de turistas (de los "otros" - dicho con toda la auto-ironía posible), es una tarea improba, frustrante, cansina y sistemáticamente fallida. SOMOS una plaga que todo lo ocupamos, que todo lo tocamos, que todo lo banalizamos. El compartir en la red dónde estamos tiene más importancia que saber dónde estamos. Y triturar los pixels del prógimo se ha convertido en el acto más deliberadamente casual que practicamos con circunstancial desprecio y paradójica contumacia: de hecho, cualquier sujeto es muy capaz de cruzarse en la toma de cualquier otro, recriminándole con su mirada, la banalidad del acto fotográfico. Para luego, 20 pasos más adelante, defecar virtualmente en la progenitora del que se le cruza a él, por delante de su móvil. Arruinando con ella otra imagen sopesada e inédita (más ironía), caracterizada por el creativo empleo del muy personal aunque - por otro lado - tremendamente popular filtro de la huella grasienta sobre el minúsculo objetivo del móvil.
Hay ocasiones en las que me quedo en una posición 10 minutos, quieto, como una piedra más del lugar, solo esperando pasar desapercibido; esperando en suma hasta que las ordas de obstáculos humanos, atraidas por los destellos feromónicos de la DSLR, se calmen y se redistribuyan por la escena como ruido blanco (en lugar de esa Campana de Gauss que se forma delante de mi objetivo cada vez que intento componer algo medianamente con sentido). Se que en la eventualidad de lograr 30 segundos, mal contados, de sosiego circundante, tengo que reaccionar con premura y precisión, pues enseguida los guardaespaldas de la estética se arrojarán con sus cuerpos en medio de la trayectoria de mi disparo fotográfico para evitar que lo de Kennedy, el magnicidio, pueda repetirse.
No hay manera. Que abnegación.
Que labor más concienzuda y a la vez desinteresada.
Es cierto, los pixels se borran y no pasa nada. Antes, al fotógrafo de carrete se le respetaba, no fueras a arruinarle un negativo. Pero ahora, que los pixels son irrelevantes, la gente no es consciente que lo que tan deliberadamente arruinan no es un montón de escremento digital, sino una visión, un instante y un estado de ánimo; es decir: lo mismo que arruinaban cuando se te cruzaban delante de la cámara de carrete.
Claustro Bajo del Monasterio de los Jerónimos |
Sala Capitular, Monasterio de los Jerónimos |
Azulejos, Sala Capitular, Monasterio de los Jerónimos |
Claustro Alto, Monasterio de los Jerónimos |
Claustro Alto, Monasterio de los Jerónimos |
Claustro Alto, Monasterio de los Jerónimos |
Claustro Alto, Monasterio de los Jerónimos |
Claustro Alto, Monasterio de los Jerónimos |
Escalera, Monasterio de los Jerónimos |
Turista |
Superturista |
domingo, 23 de octubre de 2016
Mérida Romana
Puente Romano de Mérida |
Mérida es un parque temático dedicado a los romanos. Con alguna que otra sorpresa complementaria.
Nosotros comenzamos por el puente: 721m (hoy en día, antes alguno más) hacían de él el más largo de la antigüedad, quedando hoy visibles 60 de los 62 arcos primigenios. Al pie del río, interesante también, la Alcazaba, dónde nos sorprendió el magnífico aljibe que profundiza sin denuedo hasta alcanzar el nivel del río desde el resguardo de la muralla.
Desde ahí ya nos acercamos al recinto del anfiteatro y del teatro romanos: espectacular el primero, impresionante el segundo, por todo cuanto tiene de bellamente paradójico un monumento histórico, pero operativo, que aparece indisolublemente ligado a la iconografía de la ciudad. Al fin y al cabo, preservar el propósito lúdico original de un edificio, 2000 años después de su inauguración, tiene un profundo significado.
El atractivo indiscutible de ser un recinto vivo, nos restó sin embargo placer de contemplación, ya que con la orquesta repleta y la escena sobrecargada con unas coloridas estructuras, la contemplación del frente quedaba seriamente limitada. Se trata de la escenografía de La guerra de las mujeres (Lisístrata): original, sí; estridente, también.
Entrada al Aljibe de la Alcazaba de Mérida |
Aljibe de la Alcazaba de Mérida |
Entrada al Anfiteatro de Mérida |
Anfiteatro de Mérida |
Accesos al Teatro de Mérida |
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miércoles, 12 de octubre de 2016
Iglesia del Monasterio de los Jerónimos
Altar mayor de la Iglesia del Monasterio de los Jerónimos |
Portugal tiene dos mitos en esa cosmogonía tan mía repleta de Castillos, Conventos, Catedrales y Claustros: el Monasterio de los Jerónimos (especialmente su claustro) y el Monasterio de Santa María de la Victoria, en Batalha. Recuerdo haberlos visitado siendo todavía bastante pequeño, aunque su recuerdo ha sobrevivido saludable al paso del tiempo.
Además de la gotiquísima belleza de estos dos monasterios (con sus puntazos platerescos y manuelinos), se da una circunstancia especial adicional, de esas de patria chica, tontorrona y sentimental, pero válida en la medida en que, en ocasiones, ayuda a recordar quién eres; incluso, de forma menos pretenciosa: quién fuiste. Dicha peculiaridad es que detrás de su arquitectura se esconde un cántabro olvidado, oriundo de la comarca de Trasmiera: Juan de Castillo, arquitecto sublime, el único con obras en cinco monumentos que han merecido ser patrimonio de la humanidad:
- Convento de Cristo, en Tomar, Portugal.
- Monasterio de los Jerónimos, en Belem, Portugal.
- Monasterio de Santa María de la Victoria, en Batalha, Portugal.
- Monasterio de Alcobaça, Portugal.
- Fortaleza de Mazagan, actualmente El Jadida, Marruecos.
Nacido hacia el 1470, Juan de Castillo trabajo en las catedrales de Burgos, Sevilla y Braga. Con 40 años, Juan de Castillo se asienta en Portugal donde acomete múltiples obras, también para los reyes Manual I y Juan III. En 1520 se encarga de la decoración plateresca del Monasterio de los Jerónimos y en 1528 el Rey le nombra maestro de obras de Santa María de la Victoria, esto es: del monasterio de Batalha (podemos reconocer la continuidad de su estilo en las "Capillas Imperfectas"). Con 70 años, el longevo arquitecto, llegó a trabajar en África, en la fortificación de Mazagán (actualmente El Jadida, Marruecos). Falleció en 1552, en Tomar (Portugal).
Nave de la iglesia del Monasterio de los Jerónimos, desde el coro alto. |
Nave de la iglesia, desde el altar hacia el coro. |
Crucifijo en el coro alto. |
Coro alto. |
lunes, 10 de octubre de 2016
Concatedral de Santa María, Cáceres
Nave principal y altar mayor |
La concatedral de Cáceres es el templo cristiano más relevante de la ciudad de Cáceres. De gruesos muros, el edificio está construido en un estilo de transición, entre el románico tardío y el gótico temprano; con algunos otros detalles, como la torre del campanario, en estilo renacentista.
Nave principal, hacia la puerta principal y el órgano |
Sacristía |
Campana de la torre |
Subida a la Torre |
domingo, 2 de octubre de 2016
Cuentatrovas
Vicente |
Juglar por la noche es un Paseo guiado- teatralizado que mira a una época y a un espacio donde se mezclan dos inquietudes empresariales. Por un lado, un Guía Oficial de Turismo de Extremadura, que recibe al grupo, comenzando el paseo y dando bien cuenta de la historia de la villa.
Tres personajes Juglarescos: Liborio (Cuentacuentos o cuentero), Lucas (aprendiz del cuento y actor de corral) y el ciego Maese Diego (coplero y recitador de romances), harán presencia puntual, con el grupo durante el recorrido, invitándoles a disfrutar del mismo, a través de singulares romances, leyendas y la picaresca salida de la frescura de los cuentos, rabeladas y chascarrillos cientos, interactuando con el visitante en un contacto lúdico, ameno y divertido.
Un espectáculo de Cuentatrovas.
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