viernes, 22 de septiembre de 2017

Yasaka Kamimachi & Shijo

Yasaka Pagoda :: Canon EOS5D MkIII | ISO100 | Canon 28mm | f/9.0 | 30s
Yasaka Pagoda

Ahora que ya lo sé, hasta parece fácil.
No hay como saber cómo se llama algo para poder encontrarlo. Pero la primera vez que vi la imagen, solo sabía que estaba en Kyoto - quien la compartió en Instagram no quiso especificar ni su identidad, ni su ubicación; pero ya os lo aclaro yo: la Pagoda Yasaka, del viejo templo de Hokan-ji.

Así las cosas, encontrar la pagoda, una llamativa reconstrucción del siglo XV, se convirtió en un reto a pesar de los 46 metros de altura del edificio. Ya digo ... ahora es fácil, y hasta obvio. Al principio, no tanto.
Mi primera hipótesis fue que se trataba de la Pagoda del templo de Toji, pero su ubicación y, especialmente, la pendiente del callejón desde dónde había sido tomada la imagen, me llevó a descartar esta primera opción.


Debo admitir que la vista de la pagoda desde la calle Higashi-oji, subiendo la pendiente hacia el este, es bellísima, pero está muy, pero que muy trillada. A pesar de esa falta de "originalidad" o, probablemente, gracias precisamente a dicha falta de "originalidad" (y a alguna de las circunstancias que rodearon la toma) la Pagoda Yasaka se me ha quedado grabada junto a un par de reflexiones colaterales:

1) Hay que cargar con el trípode: Viajar con trípode es una cruel paradoja; es el trasto más inútil, incómodo y cargante que existe, hasta que se vuelve imprescindible. Lastre durante horas y días, circunstancialmente esencial. Siempre que he tenido la certeza de que iba a resultar útil he cargado disciplinadamente con él. Incluso lo he porteado con candor cuando solo he tenido una vaga certidumbre de su propósito. Pero en esta ocasión ... el trípode estaba en el hotel. Por fortuna siempre llevo un sucedáneo: el Gorillapod. Y, una vez más, el humilde artilugio me salvó los muebles.

2) Si los lugares están muy vistos, cambia de punto de vista. Y cuando los puntos de vista se agoten (que se agotan), aprovecha el instante; y cuando te toque compartir el instante: confórmate ¡coño! sigue siendo un privilegio.
Me llamó la atención que la Pagoda de Yasaka tuviera una zona fotogénica de no más de seis u ocho metros a lo largo de una callejuela. No hay más. Más abajo, pierdes altura, pierdes perspectiva y una luminosa farola gana un protagonismo cegador. Más arriba, pierdes la perspectiva de la propia callejuela y se cuelan distracciones que hay que "sacar" del encuadre con más milímetros, hasta que llega un momento en el que el giro de la propia calle también lo impide. Por eso, en esos seis u ocho metros útiles, aquel día y en aquellos treinta minutos que permanecimos en el lugar, no menos de una veintena de personas tomaron su propia imagen de la Pagoda. Muchos móviles. Alguna point&shot (en franco retroceso - fagocitadas por los anteriores); y media docena de impenitentes con mayores pretensiones, entre ellos: una impoluta Sony A7 y mi 5DMkIII. Llegó un momento, el apogeo de la "blue hour", en el que nos rifábamos el adoquín: la luz mágica se iba y, unos por otros, la foto sin hacer. Y cuando nos turnábamos, implícitamente coordinados con la mirada, surgía el espontáneo de turno que ignoraba nuestra nada discreta presencia y (con más maldad que espíritu fotográfico) se plantaba en medio con el móvil, tomaba una imagen y luego se quedaba, allí, estático, sin pretender dejar de molestar, debo suponer que para compartirla con amigos y desconocidos. Tal cual. Imposible.


礼拝
✣ En busca de la famosa pagoda. Daba la sensación de que Javier no sabía exactamente dónde estaba. Pero, la encontraría.
✣ Debe haber soñado con fotografiar esa pagoda desde el mismo día que decidimos viajar a Japón. No sólo había buscado en el mapa su localización, sino también la hora, el minuto y el segundo justo del atardecer, para conseguir una iluminación perfecta.
✣ Deambuleámos por las calles de Kioto hasta darnos de bruces con la pagoda. Lo curioso no era la pagoda en sí, sino el enclave: callejuelas con casas de madera de estilo tradicional que esconden restaurantes, ochayas y tiendas de artesanos. Parecía un estudio de cine.
 Javier, cámara en mano, subía y bajaba la cuesta, buscando el ángulo perfecto. Mar y yo, viendo como anochecía. Y no dejaba de llegar gente en busca de la foto perfecta.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _


Yasaka Pagoda :: Canon EOS5D MkIII | ISO800 | Canon 24-105@55mm | f/4.0 | 1/20s
Yasaka Pagoda
Yasaka Pagoda :: Canon EOS5D MkIII | ISO100 | Canon 28mm | f/9.0 | 30s
Yasaka Pagoda
Yasaka Kamimachi :: Canon EOS5D MkIII | ISO100 | Canon 28mm | f/6.3 | 30s
Yasaka Kamimachi
En Yasaka Kamimachi :: Canon EOS5D MkIII | ISO800 | Canon 28mm | f/3.2 | 1/10s
En Yasaka Kamimachi
En Yasaka Kamimachi :: Canon EOS5D MkIII | ISO800 | Canon 28mm | f/3.2 | 1/13s
Gion, de noche
En Yasaka Kamimachi :: Canon EOS5D MkIII | ISO1600 | Canon 28mm | f/3.5 | 1/6s
Gion, de noche